Aniquilador de especies

Fantasías góticas se entrelazan con dulces sueños en una noche sin luna, sin sábanas y sin almohada. El humo del cigarrillo opaca la vista directa a un cuadro a punto de desdibujarse en mi pared. Tengo que dejar de fumar, me digo; mañana lo dejo.
Siempre proyecto mis emociones del instante y las dejo para 'mañana'. ¿Tan dificil es hacerlo hoy?
La humareda me hace arder los ojos, decido apagarlo y en silencio meditar si realmente puedo dejarlo. Me recuerda un viejo amor, cuando todas las noches intentaba juntar fuerzas para olvidarlo y durante el amanecer se escapaban por la ventana mientras dormia.


Me persigue, dijo el ciego. ¿Quien?, inquirió su mujer. El miedo de no lograrlo, nunca va a dejarme en paz.