Debo admitir.

Dios bien sabe lo imposible de disimular como tus ojos me iluminan y tus palabras me ilusionan. La mejor droga para mi sistema nervioso es la inyección de ternura que me dás cada día, cada instante, incluso sin estar presente nada más que en mi mente.
Debo admitir, debo fingir o simplemente debo decir que poco a poco me vuelvo loco por ti. Derrochando letras de música punk de los ochenta, para dejar de dedicar tiempo a pensarte sin saber la realidad de tus intenciones. Es confuso como un viaje y lento como una despedida; pero, poco a poco, esta historia se desarrolla entre mis manos...que se entrelazan con las tuyas.
Debo admitir, poco a poco me vuelvo loco por ti. Debo fingir, siento como no siento y así, así miento.
Explicar ya no sirve, dormir en un sueño eterno no me va a ayudar, solos tus suaves manos me pueden sacar de este pozo alegre y adolescente, rodeado de tus caricias inocentes que desembocan en un tibio mar.
Debo admitir, siento que poco a poco, me estoy volviendo loco por ti.