Hambre

Un extraño animal se acercaba a la guarida de las niñas, yo lo sé, porque observaba desde lo alto de un arbol. El animal, horrible, gigante y amenzante; tenía una cadena rodeando su cuello que citaba: "Dolor".
Dolor era gigante, pero podía adaptarse a la puerta de entrada de la guarida, donde sólo estaba la menor de las niñas, escondida en un rincon, abrazando al Miedo. Recité palabras de amor que nunca había creido poder decir, canté una especie de canción y drené mis sentimientos por la niña, con un sonido que creí nadie podía oir.
Dolor escapó corriendo y Miedo lo siguió hasta que juntos se perdieron.
Mientras pueda hacerte entender que te amo como a nada, no conocerás ni al dolor, ni al miedo; sólo al amor.